martes, 13 de enero de 2009

El perro encadenado



Este monstruo sobrenatural, no era mas que según la beatas de entonces, la encarnación del demonio, porque era un perro con cuernos y de sus ojos nacían ascuas que encandilaban en las tinieblas, y que dios había consentido que salieran del infierno, para ver asustados un tanto a frailes y “curuchupas”, que eran el azote de la incipiente sociedad cuencana; y que eran los transeúntes de las noches, en sus andanzas amorosas.

Este enorme animal, arrastraba una pesada cadena por los barrios por los que andaba y producía un gran estruendo que hacia temblar de los nervios a quienes lo escuchaban, de tiempo en tiempo emitía un sonido similar a la de un aullido, eran tan funestos que a veces coincidían con los graznidos de un búho.

Estos sonidos eran de mal augurio, sobre todo para los campesinos o indígenas, pues seguro quien los percibía estaba para morir muy pronto, por lo que un jocoso e ilustre bardo decía:

El búho grazno,
el perro aúlla,
el indio muere;
parece chanza
pero sucede…

El farol de la viuda

La fémina viuda realizaba por decirlo así una hazaña heroica pues tenia que vérselas con peligros de la oscura noche,en ocasiones tenia que habérselas con los canes de “Taita Chamaco”; ya que sus muecas adquirían rasgos caricaturescos y jocosos cuando a veces a la luz de la luna, la noche era alumbrada por sus amarillentos rayos que dejaba ver el rostro de la heroína y viuda su faz demacrada.

Y, cuando ella apareció al tablado de sus andanzas, era una época de transición, la viuda alegre, cuya compañía hasta en cierto modo era su farol que se adelantaba a ella alumbrando el camino fogoso por el cual transitaba, hasta entrar en su aposento que decían se hallaba ubicado en el barrio de “El Vado”, tan proclive a las apariciones y fantasmas tétricos, y donde había además cerca de la cruz “la casa de los ruidos”, que con oportunas averiguaciones se llego a la conclusión, de que aquellos ruidos eran producidos, porque desde afuera, un conocido y respetado doctor, lanzaba unas cuantas piedrecillas a la ventana que daba al aposento de su “querida”

El cura sin cabeza

Parece que este sacerdote que con hábil maniobra, se vestía con una capa muy larga que cubría su cabeza, para atemorizar al populacho que por la noche transitaba por los barrios oscuros y solitarios. Estas personas seguían al reverendo hasta verlo aterrizar por los jardines eróticos de su “querida”.

Según cuenta la historia este sacerdote prefería el barrio de San Roque, al cual iba casi todas las noches, pero, como no hay cosa que no se descubra, se le identifico plenamente, y una mañana cuando las campanas de la iglesia anunciaban la misa de las cinco uno de los feligreses decía:

elé pues, este taita curita ahora si esta con cabeza, mamitica, ¿ Que muerte tendrá?. Y agregaron las beatas, no se si por celoso, “de gana”: Dios nos guarde y nos ampare de este santo sacerdote.”

Los Gagones



El gagón es un ser imaginario, al que generalmente le atribuían la figura de un perro blanco falderillo. Este animal según aseguraba la gente aparecía tan solo por la noche y daba gemidos semejantes a los que produce un niño recién nacido, se dejaba ver cuando las parejas mantenían relaciones ilícitas; personas de parentesco muy cercano entre si o si eran compadres de sangre.

Por eso se cantaba;

Compadre que a la comadre
no le mece las caderas
no es compadre de a de veras









Había quienes guardaban la firme creencia de que si lograba coger un gagón y se lo teñía de negro con un carbón arriba de los ojos, al otro día aparecía la tizne frente de quienes vivían amancebados.

Se cuenta que estos animalitos que eran tan blancos como un copo de nieve, pululaban ordinariamente por las veras de los acueductos que conducían las aguas que movían los molinos de “mama Miche Machuca”, lugar en donde se escondían o mejor desaparecían, luego de sus andanzas por los barrios donde se albergaban ciertas parejas, para sus fines sensuales. La casa y molinos de esta señora estaban ubicados casi al terminarse la calle Larga.

Mitos y Leyendas cuencanas








Uno de los rasgos más característicos de la ciudad de Cuenca son sus historias; mitos y leyendas que sin duda revelan identidad, a través de personajes míticos que con el tiempo se han convertido en un referente a la hora de hablar de la cuenca antigua.

Las leyendas tradiciones y mitos a pesar de brotar de realidades distintas, como serian los hechos y personajes humanos, y los fenómenos naturales, tienen algo en común, respecto al modo y a los recursos de su formación.

Aunque en la actualidad ya no se escucha hablar de leyendas ni mitos cuencanas, las mas conocidas han quedado archivadas, algunas de las cuales aun recuerdan nuestros abuelos como las historias sobre los gagones, el cura sin cabeza, el farol de la viuda, el perro encadenado. Pero también han surgido nuevas leyendas que sin duda tienen su registro histórico.